Todos los duendes poseen, en mayor o menos medida, la capacidad de comunicarse con los animales. Son capaces de comprender las necesidades y estados de ánimo de los animales con una precisión asombrosa.

Por otro lado, también son capaces de transmitir a los animales instrucciones sencillas, que los animales comprenden. Aunque esta última habilidad no está claro si pertenece a los duendes o a los animales, la realidad es que son capaces de mantener una conversación a un nivel muy básico. De este modo los duendes aprovechan, por ejemplo, las capacidades de los animales para desplazarse grandes distancias o cruzar ríos, por ejemplo.

Por eso, en muchas ocasiones, se crean vínculos realmente especiales entre un bosnor y algún animal. No es lo habitual, y tampoco es una práctica que acabe de estar muy aceptada, por los problemas que pueda acarrear, en el sentido de la no intervención duende en el mundo animal.