Sin conocerse el origen de este don, el control elemental es la capacidad de alterar el estado de los elementos como el agua, la temperatura, etc.

Se sabe, por ejemplo, que muchos rescoldos poseen la capacidad de controlar el fuego y que los glaciales controlan las temperaturas y, en ocasiones, el agua en alguno de sus estados. Algunos duendes pueden controlar el viento, la electricidad, las plantas o la tierra.

No es un control absoluto y, en la mayoría de ocasiones, estos dones se convierten en un estigma o una maldición para quien los posee. Hace falta mucho entrenamiento y comprensión del poder para que no acabe siendo peligroso o inútil.