Maldición

Las maldiciones son expresiones mágicas subconscientes extrañísimas. Es algo que no ocurre casi nunca, pero merece la pena mencionarlas, porque sus efectos suelen ser devastadores.

Son fruto de una conjunción de dos situaciones: La maldición solamente puede ser lanzada o conjurada por un duende con una conexión enorme con su Ser o su subconsciente. De modo que se da el caso de que suele ser un mago, brujo, hechicera, etc. Por otro lado, para que se produzca la maldición, dicho duende debe pasar por una experiencia traumática que no sea capaz de gestionar. Una experiencia que le haga sentir odio, rencor y un deseo de venganza inconmensurable.

Solamente entonces, una maldición puede ser lanzada. El proceso es largo y confuso. El duende, tras la experiencia traumática, pero no inmediatamente después, entra en una especie de estado catatónico incontrolable. Su cuerpo está en un sitio, pero su mente vaga entre varios planos del subconsciente. El resultado difiere según el duende, su poder, la experiencia traumática y otros factores.

Una de las maldiciones más devastadoras la podemos conocer en: